Los doce olímpicos (parte 1)

Los doce dioses principales de la mitología griega vivían en el monte Olimpo, y dominaban la vida en la Tierra. Estos eran:

    Zeus: Rey de los dioses y era el dios del cielo y el trueno. Su arma más temida era el rayo. Se casó con la diosa Hera, pero era famoso por sus numerosas conquistas, que incluían diosas, ninfas y mortales, de los cuales surgieron personajes muy importantes dentro de la mitología griega. Zeus solía disfrazarse para acercarse a sus amadas y además podía disfrazarlas a ellas para disipar las sospechas de su esposa.

     Poseidón: dios del mar, artífice de violentas tormentas, que controlaba también fuerzas naturales como los terremotos. Ansiaba más poder, por lo que tiene una disputa con Atenea por el honor de ser patrón de Atenas.

      Hades:

Era considerado el rey de los infiernos y del mundo de los muertos. Los griegos creían que esta deidad tramaba el destino de los hombres, ante el cual sólo lograron rebelarse algunos héroes.

      Hera: esposa y hermana de Zeus. Ella tenía a su cargo el cuidado del cielo, la luz y el matrimonio. Todas las jóvenes griegas, antes de casarse, solían ofrendarle coronas florales e incienso.

      Apolo: dios joven y hermoso. Era el patrón de los arqueros; su arco infligía dolor a los humanos, pero también era el dios de la curación, de la música y las artes, y gran intérprete de la lira. Era hijo de Zeus y de Leto, se le rendía culto como dios de la luz y el sol.

   Dionisio: dios del vino, vinculado a la anarquía, ebriedad y otros estados irracionales o alterados. Podía transformarse en cualquier animal, pero también se mostraba como humano. Esto lo convirtió en el patrón de los actores; así, en los festivales atenienses se celebraban obras de teatro en su honor.